Un grupo de científicos estadounidenses ha descubierto cerca de 4000 especies de microbios en un lago denominado Whillans, ubicado debajo de la Antártida a 800 metros de profundidad, informó el miércoles la revista Nature.
El estudio llevado a cabo por investigadores de varias universidades, encabezado por el profesor de la Universidad de Montana, John Priscu, muestra que esos seres vivos son capaces de utilizar los minerales del subsuelo para producir su energía vital y obtener CO2, el carbono necesario para sobrevivir.
Los científicos han analizado ADN de varios de dichos microbios y se han dado cuenta de que se tratan de Arqueas, una de las categorías de seres más primitivos de la Tierra y uno de los tres pilares a partir de los que se desarrolló la vida en nuestro globo.
La investigación indica que la vida puede existir aún en las más duras condiciones medioambientales en nuestro planeta, lo que anima a científicos a buscar la existencia no solo en la Tierra, sino en otros planetas.
"Dado que se estima que hay más de 400 lagos subglaciares y numerosos ríos bajo el casquete polar de la Antártida, este tipo de ecosistema podría ser frecuente", destaca el estudio.
El un lago es subterráneo, sin luz y a temperaturas bajo 0. Los análisis de ADN desvelan que se trata de Arqueas, una de las categorías de seres más primitivos de la Tierra. El hallazgo tendrá implicaciones para la búsqueda de vida en ambientes extremos.
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