Joseph Charles Farman encabezó
un pequeño grupo de científicos que confirmó los efectos destructivos de
determinados compuestos químicos sobre el ozono atmosférico. Al hacerlo,
propició rápidas acciones internacionales para poner coto a actuaciones industriales
con efectos potencialmente letales a escala planetaria e impulsó la conciencia
global sobre estos problemas.
Fue su publicación en la revista Nature
en el año ’85 junto a Brian Gardiner y
John Shanklin que documentaba la rápida reducción de la capa de Ozono
situada sobra la Antártida, la que, en solo dos años fue la base de la firma
del Protocolo de Montreal que estableció la prohibición del uso de Clorofluorcarbonados
(CFC).
Anecdóticamente, la reacción
inicial de Farman al estudiar los
primeros datos que había tomado en el continente antártico fue pensar que el
aparato con el que trabajaba, un rudimentario espectrómetro, estaba estropeado.
Las lecturas indicaban una caída espectacular de los niveles de la capa de
ozono situada sobre el Polo Sur. Recurrió a un segundo instrumento, que confirmó
los resultados del primero.
El gran
descubridor Falleció a los 82 años el 8 de Mayo del 2013 luego de sufrir en el
mes de febrero anterior un infarto cerebral, pero no sin obtener por su labor
científica la Medalla Polar, distinciones de las Naciones Unidas y en el año
2000 fue nombrado caballero del Imperio Británico.
Fuente: Periodico EL PAIS - España
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