
Fue su publicación en la revista Nature
en el año ’85 junto a Brian Gardiner y
John Shanklin que documentaba la rápida reducción de la capa de Ozono
situada sobra la Antártida, la que, en solo dos años fue la base de la firma
del Protocolo de Montreal que estableció la prohibición del uso de Clorofluorcarbonados
(CFC).
Anecdóticamente, la reacción
inicial de Farman al estudiar los
primeros datos que había tomado en el continente antártico fue pensar que el
aparato con el que trabajaba, un rudimentario espectrómetro, estaba estropeado.
Las lecturas indicaban una caída espectacular de los niveles de la capa de
ozono situada sobre el Polo Sur. Recurrió a un segundo instrumento, que confirmó
los resultados del primero.

Fuente: Periodico EL PAIS - España
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