La regla de las tres erres de la ecología
o simplemente 3R, es una iniciativa sobre hábitos de consumo, divulgada por la
organización ecologista Greenpeace, que pretende desarrollar hábitos como el
consumo responsable.
Normalmente utilizamos la palabra
reciclar para cualquiera de los términos que conforman las tres R. Sin embargo
son bastante diferentes, y lo que en general hacemos de manera casera es la
reutilización. Por eso comencemos por definir primero las 3R: reducir,
reutilizar y reciclar:
- Reducir: es disminuir la cantidad de consumo, tanto energético como material. Usar menos agua, generar menos basura, producir eficazmente, básicamente se contrapone a la sociedad de consumo. Se trata de reducir el impacto ambiental de las actividades humanas, ya sean individualmente o de la industria. Podemos pensar en evitar los envases y embalajes descartables, optimizar el uso de los electrodomésticos, elegir aparatos de bajo consumo. Pero los más importantes derrochadores de bienes y energía son las industrias, enfocadas en la producción del dinero y no en cubrir necesidades.
- Reutilizar: es la segunda erre más importante, se basa en reutilizar un objeto para darle una segunda vida útil. Todos los materiales o bienes pueden tener más de una vida útil, bien sea reparándolos para un mismo uso o con imaginación para un uso diferente. Comercialmente el único ejemplo de esto serían los envases retornables, y la utilización como repuestos de partes de electrónicos, autos, etc. Aun así es la manera más impactante y factible de hacer algo nosotros mismos.
- Reciclar: es volver a fabricar algo con materiales ya utilizados con anterioridad; generalmente requiere de un proceso industrial, pero en ciertas ocasiones se pueden hacer caseramente, como confeccionar una cartera a partir de un jean.
Veamos algunos ejemplos de reciclaje
industrial ¿sabías que el buzo de polar que usas tan seguido era originalmente
un montón de envases PET?; también se puede fabricar con el material “virgen”,
pero al ser más barato el material para reciclar, es obvio que los fabricantes
prefieren las botellas de PET. Otra forma de reciclaje industrial, extendido
incluso en países del tercer mundo, es la refundición de los metales. Para que
tengamos una idea comparativa: la industrialización del aluminio, a partir de
la extracción minera implica un gasto de energía (mayormente no renovable) de
casi el 95% más de la que se utiliza reciclándolo. También se ahorra reciclando
otros metales; el cobre reciclado significa hasta un 85% menos de gastos
energéticos y monetarios, mientras que el hierro, sobre todo en su forma de
acero, ahorra hasta un 80% de energía. También se recicla industrialmente
papel, plásticos, caucho y hasta madera.
Pero pensemos en lo que podemos hacer
nosotros: fabricar recipientes, carpetas, carteras, artículos de decoración y
hasta muebles reutilizando y reciclando materiales; y si no se nos dan las
artes manuales ¿Qué tal elegir productos reciclados y empresas responsables
ecológicamente? No todas aprovechan la moda para encarecer los precios y localmente
hay cada vez más artesanos que optan por reciclar. Un ejemplo de ello son las
ferias francas que suelen recibir frascos de vidrios que reutilizan para sus productos
envasados. Entonces, aunque no lo hagamos con nuestras manos, podemos elegir
materiales reutilizables, y en muchos casos está a nuestro alcance: reutilizar
una cartulina escribiendo del otro lado, no dejar el cargador enchufado,
consumir conscientemente… La lista es enorme, hay mucho por hacer. Hay mucho por reducir, reutilizar y reciclar.
Nota de la autora: este artículo fue escrito
originalmente para ser publicado en “El cucharon Biológico” revista de
circulación interna de la Facultad de Ciencias Forestales de la U.Na.M.
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