En la última década, los conflictos socioambientales, en particular los vinculados con la minería, se hicieron visibles y parte de la agenda de movilización social y política en el país. Pero cada uno de esos conflictos no sólo ancla en una historia más larga, sino que se desarrolla con particularidades regionales y provinciales. Lucrecia Wagner se dedica a mirar esas singularidades, en particular en los conflictos por la actividad minera en Mendoza. Y ahora, tras su tesis doctoral, se dedica a compararlos con los conflictos en Neuquén.
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Fuente de imagen: www.elportaldemendoza.com |
"La configuración histórica y provincial influye en los actores del conflicto", apunta Wagner, que acaba de publicar el libro Conflictos socioambientales (UNQ), un recorrido por los conflictos por megaminería en Mendoza entre 1884 y 2011 que registra, por ejemplo, la centralidad de la movilización de los pobladores de Esquel contra un proyecto minero a cielo abierto, en 2003 -el "efecto Esquel"-, para multiplicar reclamos similares en todo el país. Wagner afirma que para entender los conflictos recientes en Mendoza -donde, entre 2003 y 2013, contabilizó 7 proyectos mineros conflictivos y 16 organizaciones de vecinos autoconvocados y asambleas- hay que tomar en cuenta, por un lado, "los vaivenes de la actividad minera". "En las últimas décadas cambió el tipo de minería y de proyectos instalados, con inversión extranjera, que se combinaron con el rechazo social de otras problemáticas", dice. Pero, además, en Mendoza hay otra particularidad: "Está muy presente en la gente la idea del agua como recurso escaso y de la minería como actividad consumidora de agua. Esas ideas nutren un imaginario ambiental mendocino", afirma. Y cuenta que, al lado del activismo ambiental, cada vez más investigadores se están sumando a mirar este ámbito con ojos científicos.
Fuente: www.lanacion.com.ar
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