Malvinas Argentinas, la pequeña comunidad que paralizó al gigante de los transgénicos.
Asamblea Malvinas Argentinas, Lucha por la Vida. Fuente: www.bbc.com |
En el año 2012, la mayor productora de semillas genéticamente modificadas del mundo y una de los principales fabricantes de agroquímico -la multinacional Monsanto - anunció la construcción de una planta de producción de maíz transgénico en la pequeña comunidad rural Malvinas Argentinas, en el centro de Córdoba- Argentina.Pero este pueblo, de 12.000 habitantes se ha ganado fama mundial al frenar el emprendimiento, logrando ganar una batalla dentro de una de las principales guerras ecológicas de América Latina.
La Asamblea comenzó el acampe en septiembre de 2013, recibiendo
el apoyo de activistas de todo el mundo y han logrado paralizar el proyecto de
Monsanto desde ese año.
A pesar de que
algunas de sus protestas fueron reprimidas por la policía provincial, las
autoridades locales terminaron cediendo a sus reclamos. En enero pasado, la
Justicia ordenó que se detenga la obra de Monsanto, haciendo lugar al amparo
interpuesto por la Asamblea. El fallo exigió al municipio que paralice el
proyecto hasta que se realice un estudio de impacto ambiental y se celebre una
audiencia pública.
La Secretaría de Ambiente de Córdoba rechazó, en febrero, el
estudio de impacto ambiental presentado por la empresa, bajo el argumento de
que tenía carencias técnicas. En particular, afirmó que Monsanto no aclaraba
cómo se tratarían los desechos y el agua contaminada con agroquímicos. La
empresa señala que está trabajando en la preparación de un nuevo estudio, con
la colaboración de "reconocidos expertos y con la mayor excelencia, para
cumplir y superar los más altos estándares de calidad exigidos"; mientras los
asambleístas de Malvinas Argentinas reclaman que la intendencia organice un
plebiscito sobre el futuro de la planta.
Una encuesta realizada en septiembre a pedido de la ONG
internacional Avaaz, que fomenta el activismo global, mostró que nueve de cada
diez vecinos exige una consulta popular. Y el 65% dijo que votaría en contra de
la instalación de Monsanto
La principal oposición que recibe la construcción de esta
planta responde a la utilización de agrotóxicos durante la producción de
semillas; las mismas reciben un baño químico y durante el proceso de secado se
desprenden partículas que son dañinas para la salud. por otra parte, un estudio de sangre
realizado por los asambleístas reveló que 7 de cada 10 habitantes ya tiene
presencia de agroquímicos por las fumigaciones en la zona, lo que se suma a las
principales causas en contra de la multinacional, ya que la mayoría de los
transgénicos son modificados para resistir a los herbicidas, en particular el
glifosato, que se vende, junto con las mismas, como parte de un paquete,
ofrecido por la misma empresa.
La Red de Médicos de Pueblos Fumigados de Argentina estimó
este año que en las últimas dos décadas el uso de agroquímicos en el país
aumentó un 858%. Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de
Argentina (INTA), cada año se usan más de 300 millones de litros de herbicidas
en el campo.
Malvinas Argentinas no es la única comunidad del país que se
opone a los organismos genéticamente modificados (OGM).Tres localidades
argentinas ya se declararon oficialmente "libres de transgénicos":
San Marcos Sierra (también en Córdoba), El Bolsón (en la patagónica provincia
de Río Negro) y Villa de Merlo (en San Luis, provincia vecina de Córdoba); oponiéndose
a un sistema que promueve los transgénicos, que llegan a números tales, que hacen
parecer imposibles las alternativas, el 100% de la soja, el 92% del algodón y el
84% del maíz, cultivados en el país, son transgénicos.
A pesar de la resistencia que enfrenta, Monsanto mantiene su
intención de construir una planta modelo en la localidad de Malvinas
Argentinas, argumentando una oportunidad para el desarrollo sustentable de la
comunidad.
Lo cierto es que Monsanto aún tiene que presentar su nuevo
estudio de impacto ambiental para esta planta, que tiene que ser aprobado donde
quiera que se construya. Y más allá de eso, también tendrá que enfrentar el
bloqueo de los asambleístas, que mantienen cerrados los dos accesos a la
planta; esto ya da razones para celebrar a la Asamblea Malvinas Lucha por la
Vida, un grupo que se ha ganado la atención de ecologistas de todo el mundo; y
sigue de pie.
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